La domótica nos brinda la oportunidad de tener la gestión total de nuestro hogar desde nuestro dispositivo móvil y en cualquier parte del mundo. Aunque hoy en día existen electrodomésticos inteligentes que podemos programar, la domótica automatiza con precisión todos los aspectos de la casa.
Desde las luces y los mismos electrodomésticos, hasta los sistemas de calefacción, puertas y ventanas, todos podemos conectarlos bajo una misma red y controlarlos de forma remota. Incluso desde el punto de vista de la seguridad, la domótica incluye una amplia cantidad de funciones como alarmas, control de persianas, simulación de presencia, detectores de humo y más.
La automatización del hogar es entonces un sistema de aparatos que podemos controlar de manera sencilla para volver nuestra vida más confortable. Sin embargo, no solo se trata de comodidad, también la seguridad, el ahorro tanto monetario como energético son ganancias que obtendremos gracias a la domótica.
Pero ¿Cómo comenzó todo el movimiento de la domótica en casa?
Hasta hace unos años los sistemas domóticos solo podíamos encontrarlos en centros comerciales, oficinas o casas muy lujosas. Mayormente estos solo gestionaban tres cosas claves: la refrigeración, las luces y las cámaras de seguridad.
Es decir, que la automatización era mucho más básica y solo podíamos controlar funciones más limitadas, y además solo podíamos acceder al sistema de control desde algunos puntos específicos dentro del edificio, una cabina o una oficina exclusivamente para esto.
En la actualidad los dispositivos inteligentes son capaces de conectarse a una red de internet, lo que ha permitido una integración de estos a sistemas de control de luces, persianas, seguridad, etc. Con esto podemos decir, que nació la automatización completa del hogar.
Y es que desde programar que las puertas se abran solas, o que la cafetera nos tenga el café listo al levantarnos, hasta programar que la puerta se desbloquee sola para que el perro salga, son muchas las opciones que tenemos para mejorar nuestra vida diaria.
Llegados a este punto ¿qué es entonces la domótica?
Cuando hablamos de domótica o de la automatización del hogar, nos referimos al hecho de poder programar ciertos eventos de los dispositivos inteligentes de la casa que se encuentran conectados a una red.
La programación incluye los diferentes comandos que queremos se cumplan en determinado tiempo. Por ejemplo, que las persianas se abran cuando salga la luz del sol, que las luces de las habitaciones se enciendan cuando alguien entre, etc.
De hecho, podemos incluso realizar acciones no programadas, como encender todas las luces de la casa o activar una alarma si un intruso ingresa en la casa.
Una vez que conocemos todas las posibilidades que la domótica puede ofrecer y las soluciones útiles o creativas que nos permite tener para mejorar nuestra experiencia de vida en casa no podremos parar hasta lograr por completo la automatización de esta.
El punto fuerte de la domótica o es mejor decir “la novedad”, es que podemos gestionar y controlar todas las acciones de la casa que mencionamos anteriormente a través de nuestro smartphone o Tablet.
“Llevar la casa en la palma de la mano” ya no es sentido figurado. El monitoreo de los sensores captan la información de la casa que nos llega a través de un mensaje o notificación, para tomar las acciones pertinentes.
Asimismo, podemos saber en tiempo real y ver lo que ocurre en casa en el momento en que está pasando algún evento. Podemos saber si alguien entró en casa, si la temperatura está muy fría o si olvidamos apagar el horno y de hecho podemos apagarlo desde la oficina con nuestro celular.
La combinación de la automatización con el control remoto nos ofrece posibilidades casi ilimitadas en cuanto a la interacción con el sistema desde la aplicación del smartphone.
Te preguntarás ahora ¿qué compone un sistema domótico?
Hoy en día casi cualquier aparato que podamos conectar a una red se puede automatizar y gestionar de forma remota.
Sacando los sistemas más complejos pensados para laboratorios de investigación o casas lujosas, podemos conectar dispositivos simples al sistema domótico. Esto quiere decir, dispositivos para “encender y apagar” las luces, cerraduras electrónicas, sensores de movimiento o sonido, etc.
Sin embargo, la verdadera casa domótica se vuelve “inteligente” cuando los electrodomésticos y todo el sistema podemos controlarlo a través de internet desde nuestro dispositivo. Para que los aparatos lleven a cabo las acciones que programamos deben existir dos tipos de dispositivos: los sensores y los actuadores.
Los primeros son los encargados de recibir la información y colectar los datos que necesitamos saber, por ejemplo, la temperatura del termostato, si dejamos una luz encendida, si hay alguien moviéndose cerca de la casa.
Los segundos, son los dispositivos que llevarán a cabo la acción que comandamos a través de la aplicación. Es decir, los que abren y cierran las puertas o apagan y encienden las luces. Existe una gran variedad de sistemas domóticos en el mercado para todos los tipos de casa.
Solo deberás informarte bien sobre cuál es el más adecuado para ti y sobre todo qué necesitas. Pues las funciones de estos sistemas son amplias y probablemente no las necesites todas. Esto último hará una gran diferencia en coste final de instalación.
Una ventaja de la domótica que probablemente no conozcas
Llegados aquí ya te hemos explicado qué es y cómo funciona la domótica, sin embargo, no hemos hablado de una de las ventajas más plausibles: el ahorro energético y el ahorro de costos por consumo energético.
Al poder programar los sistemas de la calefacción o refrigeración tenemos la posibilidad de hacerlo en horarios de bajo consumo. Incluso podemos hacer la programación por estaciones y mantener a raya los picos de gasto de energía. Asimismo, programar las luces para que se enciendan cuando llegues a casa, en lugar de dejarlas encendidas todo el día puede ser una gran ventaja. De la mano con el ahorro energético, tendremos un ahorro monetario cada final de mes cuando veamos la factura de servicios.